(A mi nieta Mónica)
Revolotean poemas
como aves del cielo,
que suben, que bajan,
que vienen, que van.
Son vanos esfuerzos
los que hace el cerebro
para controlarlos
siquiera una vez.
Y no hay formaciones,
ni rangos, ni alturas,
hacen lo que quieren
como y cuando están.
Surgen imparables
e inundan papeles
que , a toda prisa:
tratan de copiarlos
o se perderán!
Muchas gracias abuelo besos. Monica.